En el pais de Colombia, dentro de la ciudad de Santiago de Cali, al finalizar la avenidad sexta se encuentra «Icaro Bar». Algunas personas pensaran que es un lugar muy normal, poco atractivo para los gustos modernos o tal vez un bar mas. Sin emabrgo existe la posibilidad de que en ese sitio las existencias tornen un poco mas vitales, y no estoy hablando de aquellos que van solo a tomar, o aquellos que buscan un levante ( no hay nada para levantar). Hablo de la posibilidad de encontrarse con un personaje unico ( Mauricio) Un tipo callado, con mirada lenta, como si el cansancio arrastrara sus ojos cada nohe y como si todas las esperanzas finalizaran en su postura corporal. Solo se necesita sentarse en la barra y poder establecer una coversacion, averiguar las cosas ocultas que generan nuestras caras o cuerpos, para darle paso a lo fascinante de un dialogo sano, leal, y regenerador de las fibras que se encuentran en las raices de nuestras entranas.
Me he preguntado varias veces Cuanto nos perdemos de lo maravilloso del otro? Por que existe esta mania de construir posturas que no nos permiten abarcan a los demas? Alguan vez han experimentado la sensacion de que alguien por algun motivo no conocido aun, les caiga mal sin haber hablado siquiera con el o ella?. Que necesitamos para establecer relaciones interpersonales mas humanas?
Necesitamos de los demas, ellos de alguna manera nos hacen y nosotros los hacemos a ellos. En especial aquellos que son amigos-amigas y que estan esperando a que tan solo nostros gritemos y a la misma vez a escucahr sus gritos.
Esto ocurrio en un bar, al finalizar la sexta, dentro de Cali y en Colombia. Quizas cada lugar nos da algo y tal vez en cada lugar tenemos la posibilidad de encontarnos con un Mauro.
Dedicado a : Maurico B. (Icaro bar)
Eki-dad 